Después de un quiebre, la sensibilidad de la persona es la que prima en la recuperación, mucho más que analizar la duración de la relación que solo define un número, una cifra para el tiempo en que probablemente tu tiempo no coincidió con el del calendario.
Algunos lo superan más rápido, lo ponen en un baúl, lo cierran y siguen caminando, otros...les toma tiempo sonreír, lo hacen a medias, no quieren ir a ningún lado porque todo les recuerdas a él o ella. Hay una parte, que saluda a quién fue la persona importante en su vida, le habla sin rencor, porque probablemente entienda que nadie queda inválido por amor y tampoco se muere. Y los más sensible, donde estoy yo, pasan pensando en por qué sucedió, que sería hoy si siguiera con él/ella, escuchan canciones y una lágrima se les arranca por entremedio, caminan al ritmo de la canción favorita de ambos y miran al lado para convencerse de que el otro no camina a su lado. Puede ser que esa sensibilidad se deba no a que es una persona llorona que todo le afecta, sino que la persona significó lo que otros no significaron.
Sin embargo terminará como los otros, pasará, será del pasado, de un lindo pasado con matices grises que te hicieron crecer y hoy ser feliz junto a quien merece que compartas su felicidad
No dejes de mirar a los ojos
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